Kabalcanty

Mentabas la soledad......

Mentabas la soledad como un destino

que te urgió en un incierto cruce,

un irremediable destierro

donde siempre habitaría la borrasca

para atormentarte de recuerdos.

No decías que untaste tu mirada

de óleo escarlata, ni que anduviste

estrujando pipas de girasol

tras el sueño dorado de una vacía,

la panacea aleatoria y recurrente.

Andabas, como de costumbre,

estático en tu sillón, fósil,

frente al televisor y a medio vaso

de ginebra barata

y con el disecado halcón empolvado

gravitando tus cabellos sobre la estantería

como custodiando a un muerto prematuro

embalsamado en sus raídos recuerdos,

solitario al fin.

 

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