Mis libros, la cama,
la guitarra, el televisor,
la grabadora, el ventilador,
pero yo, leño sin llama.
Tu foto, mi drama,
tu recuerdo, mi terror,
y las cartas de amor
dicen lo que el alma clama.
Todo en mi cuarto grita
tu nombre, y tirita
frilolento mi corazón,
cuanto me rodea contiene
algo tuyo, y ello viene
a ser mi oscura prisión.