No hay un mal tan grande como aquel
que florece a cada día en nuestras mentes.
Dejamos ahogar un grito desahuciado
pidiendo ayuda en medio de la penumbra,
afligidos, por noches de miseria.
Un amanecer más sin lograr encontrar
esa pasividad que en vano
intentamos ahuyentar en la noche.
Querer huir de los demonios que nos carcomen la mente,
¡terror! cuando llega ese silencio, aterrador,
en las noches de calma
¡por eso busco el vicio! ¡la demencia!
Me aterra encontrarme con mi conciencia oscura,
triste, confusa.
Navego sin rumbo este mundo hipócrita,
y con cobardía, a cada instante lo convierto prisión,
mi prisión,
un mundo de apariencias sin escapatoria,
donde la autodestrucción, es la única salida,
la conformidad, la vía de acceso,
a un infierno que nos carcome el alma, nos angustia.
¡maldita esta humanidad de siervos!
Maldito yo en mi torpeza soñadora.
Hoy convoco mi adorado amigo Baco,
¡amigo! ¡guíame a ese punto
de inconciencia encantadora!!aléjame!.
Ahuyenta ese sonsonete de voces
que quieren despertarme
de este sueño que me he creado, esta sátira.
¡soy feliz! “Me lo creo”.
¡He de creer en la felicidad eterna como un ciego cristiano!,
lleno mis vicios de esperanzas, mi suerte de milagros.
Hoy soy un hombre nuevo,
soy ese estereotipo que queréis que sea,
¡lo soy! ¿lo seré?
Espero cumplir sus fantasías, sus deseos.
La verdad, es que no soy más que un necio,
ebrio de lujuria, amante empedernido al sexo,
maniaco, vagabundo que recorre este mundo
guiado por sus deseos.
¡Les miento! Soy alguien.
algún día lo seré. ¿Lo seré?
Seré un cadáver, un titular amarillista,
un recuerdo. Vivo sin luz
entre edificios enfermos,
¡no os preocupéis!
Sé que no lo haces… ni yo,
me preocupo por tu suerte,
solo finjo hacerlo.
¿Para quién trabaja el ser humano?
Creemos ser alguien, creo serlo.
No somos más que efímeros nombres, números,
futuro sin rostro, sin memoria.
Vidas repetidas, minutos no degradables,
desperdiciados tecleando números,
pensando en fórmulas, buscando antídotos.
Muriendo solos. Una vida entera
en busca de riqueza, olvidamos amigos,
rompemos corazones, tratamos a nuestros hijos
como si fuesen rapaces halcones.