Luis G Rebolledo

ALUSINANDO DESPIERTO

Por qué si la locura no puede demostrase con razones, ya que eres la primera alucinación, de la que no quiero escapar ante de que la lluvia vuelva a caer, y los cristales de tu retrato se iluminen como HEBET, empapada en el umbral de las brasas ardientes  de aquella alforja donde quedo tu intimidad y perpetuaste la lógica de la insensatez hasta llegar a la seducción del corazón valiente.


Si me dejas ciego, aunque con un beso seré feliz  y comenzare el andar derramando palabras, que prometan estar a tu lado en la eternidad, con la sensación de aprovechar el último viaje, gaviota donde te guardare en este próximo invierno para salvar tus alas, desgastadas por la magia del tiempo.


Cuando abra mis manos y los pasos marquen los días, aunque se acabe el camino recogeré las huellas de la tarde, y al siguiente día te daré los mejores buenos días, que llueva  Crisantos, azucenas y  lirios para que te vistan de aromas.

Luigy