Heme aquí acumulando la extraña sensación de necesitar tu amor; recolectando uno que otro verso a la salud de tus ojos, con la extraña preocupación de no sentirte al día siguiente, una ansiedad de recibir una señal de tu inevitable huida, tal como se marcharon aquellas aves al darse cuenta que mi cuerpo es invierno, de que en tanta tristeza no es posible anidar.
¿Has pensado en mí últimamente?
¿Te has dado cuenta cuánto comienzo a quererte?
No puedes saber cómo solo yo puedo encontrar el miedo en tanta seguridad al mirar tus ojos, cómo solo yo puedo temer besar tus labios sin saber si son eternos, sobre todo no puedes saber cómo temo enamorarme.
Disimulo mucho amor, me guardo todas las palabras que podría recitarte cuando retumba mi corazón, porque sé cuánto puede doler una palabra si la eternidad se acaba, sé cómo un recuerdo puede ahogar un alma.
Y heme aquí terminando este verso tan tiste como las oleadas grises del pasar de la lluvia helada, tratando de explicarte que te quiero tanto que si quieres un príncipe azul yo me pinto celeste, pero no te vayas aunque tenerte me cueste.
Noel Cruzamor