Náufrago
Partió mi barco derramando lágrimas
y se perdió en los mares de tu ausencia.
Cuando el viento soplaba, era tu boca.
Cuando la noche tenebrosa y lúgubre,
acudían tus ojos a alumbrarme.
Y me recibes, fuego de bengalas,
en la dulce morada de tus brazos.
A punto estuve de quedarme hundido
en el frío imborrable de la tragedia.
Sin ti, la mar me pareció siniestra:
siempre agitada y me cegaban brumas.
Sin ti, mi barco no tenía puerto.
Yo, sin tu cuerpo, me sentía náufrago.
Estar contigo, aunque sea en tierra,
es mi deseo;
encallar siempre
en las hendiduras de tus rocas suaves.
A tu calor se debe que reviva.
Si vuelvo a navegar, será contigo:
que me ilumine el faro de tus ojos,
que me dirijas en la singladura.
RAFA DEDI