Qué nos pasó, cómo ha pasado,
nos perdimos la inocencia, aprendiendo de las hojas las tragedias apiladas de la historia, que nos cuenten las memorias de un presente adulterado en un camino reiterado que se anda sin los pies.
Qué nos pasó, cómo ha pasado,
el tiempo y los recuerdos son muy vagos, y aunque lejos se renuevan en los diarios, como copias sobre copias de una guerra oscurecida en lucidez.
Cómo ha pasado,
sobre leyes y complejas moralinas, sobre esquemas y campañas, presupuestos y ganancias nos volvemos plastilina y amasamos el antojo del error.
Cómo pasó
que el comienzo quedó en nada, que la muerte es el remate del anciano y de sabios no se habla, mientras dioses rivalizan entre iglesias, que boludo nos condujo a este temor.
Qué nos pasó,
que alguien me diga, aunque creo en un IQ que no es de sonso, no lo entiendo no lo alcanzo, siendo tantos no se encuentre solución.
Cómo pasó
caer aquí en este punto, tan perdidos e indispuestos, tan amantes obcecados, reverentes de la envidia y rendición.
Qué nos pasó, cómo ha pasado,
alma y mente no se entienden, y la vida se refugia entre paneles de inmorales y dementes, libertinos e indecentes, alabados de un complejo presidente medio verso medio nabo en la nación.
Cómo pasó, cómo ha pasado,
imposibles y utopías eran ciencias, eran sueños ejemplares no eran quejas, y hoy los hombres suicidaron de un balcón.
Cómo pasó,
transformar el puro amor en sucio sexo, la inconsciencia adueñándose de cuerpos, poseídos, rebajados, alentar a los pendejos al condón.
Qué nos pasó,
hoy las lanzas y las piedras se perdieron, pero brutos y salvajes, desalmados y atorrantes nos vestimos con las prendas del terror.
Cómo pasó mi eterna alma, siendo viga del averno, siendo tuerca del infierno, aún así, siendo culpable me horrorizo del dolor.