Felicidades porque un día dejaste de pelearte con el espejo,
de ver cristales rotos en tus acuosos ojos,
de levantar el vuelo, tú, paloma sin alas
que te ibas tan lejos cada día, cada hora, cada segundo,
tú que dejaste la danza, el baile infernal,
cuerpos desafiando la gravedad.
sombras para una noche convertida en día,
tú que has asesinado a una cobarde
y te has hecho gigante ante mis ojos
que te han visto crecer cual nueva flor
que brota desde su rama seca, como la siempreviva,
que crece desde lo más profundo de sí
para mostrar su verdadera esencia.
Una y mil veces felicidades.