Ya no hay distancia
si miras con atención
el borde de nuestra vereda
tú podrás ver.
Ya no hay tristeza,
sólo un adiós
y una noche fría
sin leña de hogar
desvaneciendo los besos
que un día me diste.
Donde sea que estés
ya no hay recuerdo
el sol brilla
ya no hay melancolía
es hermosa la vida.
La crisalída ya es mariposa
y vuela libre
a la luz del día;
ya no hay camino
al final, solo una cerca
y debes saber
que pude olvidar.
Ya no hay ausencia,
no más soledad,
ya no hay sed de presencia
¡es tiempo de continuar!.
©Tizzia Holwin
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México