... el sol está triste... ha dejado florecer cenizas sobre la baldía piel de los libres ángeles caídos que juntos hacen océano en esa prisión de huevo que alberga tantos rostros invisibles...
Tú..., yo y él... -nosotros-
uno a uno regresamos al mismo final...,
para evidenciar de nuevo nuestros síntomas
en lo nuevo que sentimos novedad cuando ya sé está añejo...,
Yo me miro amanecer sobre unos tobillos frágiles
que otra vez pulen la nostalgia de un ciclo
que consume de a poco el poco oxígeno
hidratante al mensaje de la vida
cuando se es oxígeno-alimento
de los pretextos de la muerte ante las consonantes mudas
que afloran en los silencios de desviar el cuerpo
sobre los deshechos de mi propia amargura...
-y corro- [Cedo mi tiempo al movimiento]
desnudando mi dolor de la piel quebrada
que duele...,
con pedazos de mi propias lágrimas..., que callan
resecar el silencio que hago mandato
para borrar de inseguridades al mañana
-aunque me mienta alegría- sonrío más gris que este día...
... y tú..., me miras, de nuevo poseer el parque sobre mi cadáver,
desnudando a un poeta \"muerto\"
sobre su rostro invisible de Neruda
que alimenta cada partícula de poeta que no tengo...,
y que se desvanece ante la fugacidad de mis ojos tartamudos...,
-quiero llorar-
pero, no me lo permite la gravedad de mi caída...,
es tan sensible ese marinero mutación de pez
anclado a sus más íntimas riquezas líquidas..., -su mar-
y con tal decoro, deja penetrar una extensa
variedad de detalles perdidos por otros,
y es tan horrible, que, hasta la naturaleza
se ha perdido en sus poemas, y él lo encuentra...,
-lectura de antología general-
- y tú me miras
deshojar la vida
sobre mis perdidos ojos
hasta un muerto
me ha robado la mirada,
perdido
en todo un mar
me amanezco
buscando un final...,
... él,
otra vez
ve derrumbar
las calles pálidas de oscuridad
dentro del orfanato que me tengo de alma,
¿Dónde se ha ido?
sí mis calles carecen de verbo,
ni menos hay estática..., de rostros perdidos
entonces, como puedo entender
la historia que aún no digiero
sí aún esa historia invisible no me mastica,
aún no vivo, y aún siento el gris mutar a noche,
y quizás mañana a coffee ...,
aún me siento dolorosamente triste...,
aún,
ese sol no sale a escribirme una sonrisa en mi rostro apagado y de noche,
hasta siento que el día es funeral
para el luto que llevo en mis tobillos frágiles...,
llega un punto, un final, y cada partícula de la existencia
me borra mi historia con un mensaje invisible y sanguíneo:
la metamorfosis de tu vida no serán cenizas..., sino que, más horrendo, veras caer la lluvia; perderse el mar y volar los muertos al edén utópico.., pero a ti no te verán ni siquiera tus compañeros muertos...
Carpe Diem.
Hace unos minutos la ciudad sonríe con los ecos de la luz.
Carpe Diem suena a Carlos Durán... (Alguna vez alguien se aprovechará de mi, que tétrico, serás tú)