30 mil bocas ausentes
que aún estando enterradas
claman y reclaman justicia.
60 mil ojos que vieron y son
parte tríste de la historia,
la que engordan esos blancos pañuelos
de abuela de Plaza de Mayo.
Agitados, apurados,
embrabecídos de angustia
pero sín saludar la expresión \'\'vencídos\'\' .
Siendo amuleto de esperanza
esperando que la espera se termine
aunque no sea en cálido abrazo.
Perpetuo y estruendoso eco,
el del pánico y dolor arraigándose
en todo un pueblo.
Las abuelas ya cansadas
añorando un coloso \'\'venceremos\'\'
que lucha contra notables descorazonados.
Y ellos mísmos lo ocultan todo
y se jactan de su inocencia
o se rien de la inhumana hazaña.
Pero el corazón de la verdad es mas grande,
tiene la lengua mas filosa y será
dispuesta a devolverlo todo llegado el derrape.
Mientras que la pobremente fina,
blanca y vieja tela, agíta, aún,
su más pleno deseo de J U S T I C I A .