Que profundos ojos
sobre nuestra despedida
que entre lágrimas
me estremecieron,
no se el porqué
de nuestra partida
ni el momento,
en que se apartaron
nuestros senderos.
Que profunda mirada
me conferiste en esos ojos
que una vez me amaron,
abarcándolo casi todo
más no me alcanza,
en esta nuestra despedida
es verdad, duele tanto
ya no tener nada.
Que profunda tristeza
en el eco de un silencio,
en los ojos de una ausencia
que mira como flota
nuestra historia;
en la soledad y en el vacío
de un llanto derramado,
en la profundidad
de un caudaloso río.
©Tizzia Holwin
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México