Mi adolescencia y mi juventud se habían ido desplazando entre desengaños, amores de bolsillo que nunca franquearon la puerta de algún corazón.
Pero seguía recorriendo historias que mezclan lo humano y lo irreal
y así pasaba mis inviernos, las coloridas primaveras y también mis años.
Te encontré sumergida en un mundo, poco menos que imaginario,
donde todos pasamos un tiempo... esperando a que pase algo,
donde cada uno pinta su historia con acuarelas ya usadas,
donde se ofrecen sentimientos heridos a cambio prácticamente de nada.
donde la vida es un lienzo pintado, con muchas pinturas raras.
No elegimos a la fina lluvia que acaba por mojarnos la cara,
no elegimos al aire que nos secara la piel cuando ya no seamos nada.
Nos elegimos casi sin querer, como se eligen las prendas de ropa,
como se elijen los helados... que se van a derretir en la boca.
Al verte sentí la misma sensación,
no te había elegido...simplemente eras de mi talla,
tu perfume me calo hasta los huesos...
Desde ese día te amé, te adore y llovió encima de mi alma.