Serena está la tarde en la colina
curiosa la contemplo a la distancia,
buscando capturar con mi constancia
majestuoso esplendor que me fascina.
En maravillas arde la retina
fulgurando emoción en abundancia
e ilumina en color la adusta estancia
oculta tras la pálida cortina.
Infecto el sentimiento de emociones
el corazón se ensancha alborozado,
de gozo lo estremecen las visiones
latiendo con pulsar sobresaltado.
Ardida está la tarde en ilusiones
pigmentando el paisaje con dorado.