Me pierdo por las calles
huyendo de esta cama vacía y sin aromas,
sin restos de ti , amor..
el solo recuerdo de tus manos
somete el alarido de mi vientre
a una cárcel de amarras y de encajes,
y te busco, temerosa de abandono
por los laberintos de tu infierno
hasta encontrar el nidal del fuego.
¡Aaah pero déjame que te llame colibrí
y sobre el coral de mis yemas,
cántame al oído el nombre
de todos los dioses ¡
Yo me subiré a los bríos que despliegan tus caderas
erguida faz deslumbra al cielo….
un faro en la piel de la noche.
Sabes que es tuyo el despuntar de mis cabellos,
el terreno abonado de mis palmas
… sostén de tus anhelos …
la irredencia de mis manos
cuando me vuelvo diligente bajando las cortinas
como una luna arrodillada frente al mar,
bebiendo el salar etéreo de tu boca
me derramo ante ti
espumante vino para tu sed acumulada
y sed cuando del vino estés hastiado.
Fue aquí amor mío , donde he sucumbido
a la seducción del ocaso
a tus manos de arena sembrando
residencias en mi cuello
y el bermellón susurro de un te quiero.
Bajo el mantel de mi mesa guardaré tu aliento
para sazonar el pan lejano curtir el beso y
entibiar hogueras anegadas.
Alejandrina.