Dios te dió la vida
y la razón (para que existas y medites).
El te muestra
un camino de luz (para que a tu alma ilumines).
Te dió conciencia
y en tu pecho te puso
un corazón (para que te sensibilices).
Puedes recibir órdenes o recomendaciones
(y cumplirlas o no), puedes dar afecto
aunque el otro ser tenga defectos
o también recibir o dar un buen consejo.
Te pueden exhortar a decir o hacer
cosas apropiadas o tal vez inapropiadas...
Pero, tu tienes inexorablemente,
el gran poder de la elección.
Puedes expresar lo que quieras
o lo que sientas, ¡tú decides tu destino!
(puedes elegir sin desatino).
Tuyo, y solo tuyo es el poder de decisión...
Adolfo César (NAZARENO)