Póstumas burbujas terrenas
miradores de etéreas espumas
que se levantan altivas y serenas,
esmaltadas en siglos, en brumas.
Teñidas por la suave y pálida luz
de la luna, cual aureolas de arrebol y oro
iluminan las grises callejas
de mi colonial ciudad
cual luces de paz y coro de ángeles.
¡Ah, si fuera del Reino celestial serafín
invocaría a todas las musas para
que te canten en eternidad, sin fin!
Las veo a todas juntas formar divino rosario,
que se desgranan en laderas y esquinas
¡del arte de América, bellísimo relicario!