No eres vìctima de nadie.
Ni siquiera de mis ojos.
No temas.
Aqui la victima soy yo.
Sin querer, sin darme cuenta.
Cai en tu trampa.
Aunque jamàs la hayas puesto.
Me adentrè en tu mirada
y descubrì el hermoso paraìso
de tu alma.
Sì. Yo soy vìctima de ti.
De tu piel.
De tus labios.
De tus ojos bellos.
Sintiendome prisionera
por no tener nada de ti.
Quisiera que me liberaras.
Que me otorgaras el gozo de una
mirada tuya.
Y que fueras ya de mì.
Que te acercaras
y nunca màs de mi te alejaras.