Déjame ser ese poeta
que con versos te engalana…
El verso soñoliento cuando te acuestas,
y luego trasnochado en la mañana.
Déjame imaginar que tienes diecisiete
para ser yo quien te enamore
declamando versos bajo el cielo celeste
y de vez en cuando llevarte flores.
Deja que mi verso errante
en el alma se te aloje
no importa si con él tu cantes
o si acaso, con él tu llores.
Deja que la rima de mi verso
recorra horizontes y caminos
y que deje en sus pasos polvorientos
las huellas del sendero recorrido.
Deja que ilumine tu semblante
con la huérfana luz de mis rimas,
tal vez te sirva de acompañante,
en esas horas intranquilas.
Deja que fluya mi poema,
déjalo que surja naturalmente
tal vez con él se te alivien las penas
y transformes tu rostro de repente.
Déjalo entonces que fluya
y que inunde tu alma de emoción,
como se inundan las calles con la lluvia
después de caído el chaparrón
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracabo Venezuela