Sales de abajo
del pútrido hedor de los lamentos
y me acuchillas,
- ¿Para qué entonces, te done pensamientos?
No son las monedas
las que duelen dentro
sino los sentires de un amor irredento
tejido con hilos de elucubraciones
de entre todos los tropiezos
ahora desprendida
te olvidas de lo nuestro
y de la semilla en tu vientre
dices que fue invento
y buscas otro padre que guie ese proyecto
porque las canas en mi testa,
se divisan desde lejos.
Sales de abajo…
y para mi, ya no importa
…estaré muerto
para cuando decidas o emprendas
como toda ave celestina, su regreso.
EPEV. Sept2013