David Enrique Gómez Cáceres
FUI
Fui,
un letargo perenne y sin consuelo
una daga clavada en el desnudo pecho
un torrente de sentires temblorosos
un sin fin de sombras pariendo sombras
un dolor anclado en el olvido
un sabor agriando paladar hambriento
un olor que se escapaba del viento
un color que no conocía ni luz ni pupila
un sueño infecundo, despierto
un sueño vagabundo, dormido
un silencio enclaustrando todo oído
un sonido que reusó conferirse
un latido que cercenó de sí todo compás
un desvalido que renunció a su dignidad
hasta que llegaste tú,
dándome un nombre y volviéndote motivo
de ser junto a ti, un ser de amor, un ser vivo.
Por: David Caceres
Managua, Nicaragua.