Alejandrina

INVOCAR

 

El dia ha despuntado en mi ventana

los sables del sol encienden

las farolas en el patio

y  un eco de Dios

estalla toda su luz en el jazmín,

blanco impoluto, ondea aromas y presagios,

venidos desde el sur .

El zorzal canta su delirio de amor sobre el peral

mientras mis gatas conspiran en su contra,

y un olor a pan despierta los sentidos básicos.

 

Un ave marinera cruza  el aire

sumando melodías al paisaje,

quizás sea  tu nombre el que me canta,

tal vez sea tu mano la que recoge los velos de la noche,

cuando la luna se despide arropada de distancias

y me jura sobre su medalla de plata

volver con las promesas de amor

robadas a tu boca, como collar de besos,

ofrenda para  mi cuello.

 

Siento que al cerrar los ojos casi puedo tocarte,

oír el susurro de tu barba temblar pronta a mi boca.

¡Cuántas veces mi amor….

has enjuagado tus nostalgias en mi vino!

cuantas otras,  has bebido del mismo, hasta el hastío

sepultas los demonios del dolor en mis terrenos,

cuando yo viajo por el mapa venoso de tus manos

adivino el anciano guerreo que boga rio adentro.

Esas mismas manos que tamborilean sobre mi cintura

invocan el canto salvaje de las tribus antiguas.

 

Alejandrina.