No son bastantes versos plañideros
para ahuyentar la vieja añoranza,
sin embargo el hálito es remembranza
en ausencia en corazones linderos.
Me fascinaba tu embauco primeros
no parecía real por confianza,
pero a pesar tu mentira se afianza
al profesarte afecto y amor sinceros.
Un día, trampa llegó sin aviso,
se forjó oscura todas las verdades
sombra de engaños son calamidades,
tal vez paso como en el paraíso
cuando Adán y Eva quebrantó al Hado.
Te vi desnuda al saber tu pecado.
El señor de los fierros
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El cambio más pequeño que realices hoy te conducirá a un presente diferente tal vez con otras matices…