Hector Adolfo Campa

Cuántas cosas se pueden decir ésta noche.

Cuántas cosas se pueden decir ésta noche.

Cosas como “quiero”,

Cosas como “sueño”,

Es un vocabulario de consuelo y reproche.

 

¡Quiero! Quiero escrutar la curva de la luna,

Quiero las notas de las aves en mi tímpano,

 

Quiero vivir todo a conciencia y no en vano,

Quiero que las olas nocturnas sean mi cuna.

 

¡Oh cuánto quiero! A la tierra y al firmamento,

Quiero ser las noches de copas,

Quiero ser la sombra de faldas,

Quiero ser la voz de todos, de cada instrumento.

 

¡Y mientras más quiero más sueño!

Locura de decisiones en duelo,

Moldura de palabras al vuelo,

¡Soy debate entre un viejo y un niño!

 

¡Sueño! Oh compañero, sueño en exceso,

De esos placeres que carcomen la paciencia,

Que te privan del descanso y la conciencia,

¡Soy un soñador bohemio en mundos de preso!

 

Sueño que me elevo entre los hombres,

Sueño que soy un simple y firme roble,

Sueño que soy de tronco largo y noble,

¡Sueño crecer, crecer hasta las nubes!

 

Sueño que soy poema de pieles y roses,

Sueño que los amantes me recitan en sus amores,

Sueño que soy las cóleras y también sus dolores,

Sueño que soy una y todas las pasiones.

 

¡Sueño que soy un orgasmo!

Sueño ser pañuelo que viste al solitario,

Sueño ser un cielo y el mismo purgatorio,

¡Sueño ser lo que odio y amo!

 

¡Y mientras más sueño más quiero!

Y las noches y días pasan corriendo,

Y lucho con mi pecho rojo y cansado,

Y beso al deseo con aliento quiméro.

 

Pero no importa ni la senda ni su miedo,

No importa ni el demonio ni el cielo,

Ni importa si me atan con gran celo,

Yo sólo quiero, yo sólo sueño que puedo.