De tan alto que apunta el poderoso
ignora cuanto pisa el suelo
y camina y dispara
como ciego que no ve,
como vidente que no mira.
Trota sobre su prepotencia,
blande su \"espada de Marte\",
busca en el débil su víctima,
penaliza sin piedad
y arrasa sin descernimiento.
Es conquistador de imperios,
saqueador de derechos y bienes.
De los unos y de los otros
es \"Azote de Dios\".
Atila