Tantos instantes de antaño
de ciclones y acantilados
precipicios y enredaderas
en la vida nos encontramos.
Y, cuando menos pensamos
de la realidad nos alejamos
a sitios de insania y quimeras
dolorosamente aterrizamos.
Paz y coherencia han fugado
las ideas y latidos, tropezando
en recorridos de tantas carreras,
cada día, en porfía enfrentamos.
La noche en manto ha arribado
sosiego y luna van iluminando,
y el cotidiano ajetreo mengua
su andar, que va serenando.
Amanece... pecho apaciguado
las palmas de sudar han cesado
la aurora en su luz alimenta
¡mi acervo, de amor renovado!
Copyright© 2013 Rocío Vega-Ponce