Todo se diluye,
se hace sombra,
una imagen con efecto agua…
no puedo abandonar mis miedos,
dejar mi zona de seguridad.
Dar un paso más allá
es sólo de valientes…
soy tan dolorosamente cobarde.
Me devora el monstruo de los convencionalismos.
El disfraz de la mujer perfecta…
ya me afecta,
no me queda.
Él se hizo grande o tal vez yo me hice pequeña.
Veo a la ilusión derrumbarse
y no tengo la fuerza para sostenerla.
Me invade de nuevo este deseo de correr,
arrastrar los harapos que me quedan.
Sólo pensarte me detiene,
pero ya no me da suficiente fuerza.
Aquí estoy…
preparándome para la partida,
con un pie dentro y otro fuera,
ya no sé si este amor pueda detenerme.