Ya no huyas corazón
y déjame encontrarte,
que si este es mi destino
he de hallarte aun oculto,
escondido entre mis huesos
que de escudo utilizaste
por estar algo cansado,
casi dañado, malherido.
Ya no huyas esta vez
que de alma he prometido
a cederte a un nuevo ser
que de pronto apareció
a entregarme el suyo,
maltratado y conmovido
aguardando que lo cuide
hasta su muerte, junto al mío.