Observando al gato
he llegado a concluir
hombre y gato son iguales
en su actuar y su sentir.
La casa, un jolgorio, hay fiesta, hay alegría.
La emoción desborda la razón.
La gata parió gatitos.
La mujer parió un varón.
¡Oh, qué gran felicidad…!
sus juegos de cachorritos...
Casi ríen los picarones...
Igual que bebecitos...
Son un amor.
Se dejan querer.
Rayas golpes destrozos;
su estela; por doquier…
Pubescentes, alocados; callejeros.
Ya el amor toca a su puerta,
se distraen en la calzada;
no les importa la cena.
Se entristece el corazón,
mirando cómo se alejan.
Para que cambiar pañales
Para que tantos desvelos
Para que limpiar arena.
Al final quedamos solos.
Quizá en un ancianato.
Tristes, abandonados...
esperando la muerte...
sin hijos, sin el gato.
por: matteo 13/10/2013