Niña ingénua en cuerpo de mujer,
de virginal aliento
a flores cargadas de rocío matinal,
un mundo de hadas
con mágicas alas de metálicos colores,
amar
esa es tu misión en el mundo.
Para ti no hay culpables en el universo
solo pequeños desencuentros de amor.
Yo te amo,
todos te aman,
simplemente porque cuando tú respiras,
respira la dulce gracia del perdón.
L.M