Tinta de Sangre

Amor de espino

Junto al espino estoy,

podría pensar \"ojalá que el

amor nunca cambie\" pero

también, \"ojalá que cambie

y lo haga con el tiempo\",

que se vuelva delicado y una

fantasía de su placer,

como las verdes hojas que se

quiera retorcer,

cuando el agua cuando las encuentra,

o cuando el sol las despierta

y el hallazgo es profundo y completo,

me pregunto, ¿sueñas en mí mientras te pienso?

 

Estoy agazapado como esa vieja luz

otra vez en la tierra,

mi rostro ha venido a escribir un vertedero de

palabras junto al espino,

siempre empiezo por las ramas rojizas

y su aliento blanco y de pronto el cuerpo y el lecho,

¡se llenan mi ojos con el reflejo del cielo!,

¡amándote dulce caricia!, ¿cómo intentaste regresar?,

¿cómo es que sin tener que mendigar,

sin necesidad te volviste aprendiz,

dime cómo te muestras manantial?,

los suspiros son aire y van al aire

dijo Gustavo una vez,

¿te anuncia la noche mi llegada?

 

Con palabras que fuesen tiempo y hoy tienen

tus manos, este poema,

que pudiera ser oído arrojado al azar pero también,

una arrebatada lluvia que vuela y pasa,

sacudiéndote y creciendo,

apareciendo en tu paisaje y remedándose en ti,

en el espino vibro,

somos dos siluetas él y yo,

dos seres imposibles pero uno en un momento,

cuando hablo y su cadencia es mi memoria,

cuando leo y sus deseos son mi mayor impulso de llorar.

 

Junto al espino, hilo de mi luz y de mi pensamiento,

me escurro entre los dedos como la piel que se abandona,

todo cambia pero todo es conocido,

el agua sigue siendo agua pero ahora es diferente,

como si mojado tu cuerpo se posase en este lugar,

o quizá tu voz que me grita otras formas de amar,

o tal vez envuelto en tibiezas tu silencio,

para ver si te sigo,

para ser otra vez,

para que seas conmigo,

para ser tú y yo por fin.

 

Espino, amor, ¡tan cerca!, ¡ámame!

 

T de S

MRGC

Namaste