De tu belleza
la tarde de ayer, cautivo quedé,
ternuras derrochabas.
De cada ondulación de tu cuerpo,
fogosidad destilabas.
Cual querubín
apareciste ante mis ojos cantando
su belleza.
Arrullando con su voz
los pligues de mis tímpanos,
murmurando rumores de
alegría.
Derramando notas musicales
en los sentidos.
Tu presencia dulcificó la esencia
de la vida.
En esos santiamenes
espuma sobre las olas me sentía.
Deslizandome con suavidad
sobre la marejada,
del oceano de tus devociones.
Descubriendo ansias
mucho tiempo
soñadas.
Entre suspiro y suspiro
flotando sobre las nubes del cielo,
El rey del universo ayer
era,
quedando enamorado
de ti.
bambam