No estoy sola,
mientras brille el Sol,
la Luna y las estrellas.
Mientras existan árboles,
el cielo, la brisa, el viento,
los ríos y lagos,
las nubes, los mares.
Mientras exista
la luz de la mañana,
una sincera plegaria,
el sonido del agua,
el aire entre por mi ventana,
el perfume de una rosa,
un jardín, una montaña.
Mientras vea las gentes pasar,
luchar, los problemas superar,
honradas y buenas personas,
pacíficas, armoniosas.
No estoy sola, mientras
haya el sonido de una guitarra,
una orquesta, una canción,
un libro, un consejo,
una reflexión,
un hermoso cuadro,
un poema, una inspiración.
Mientras en mi valle de silencio,
sienta el ritmo de mi respiración,
que me da paz y sosiego
y encomiende mi vida a Dios,
sola no estoy.
Mientras vea en un rostro emoción,
amor, compasión, perdón,
una sonrisa, una mirada,
una ayuda, un apoyo, un amigo,
la carita de un niño,
su risa, su llanto, su grito.
Mientras haya buenos
deseos y sentimientos,
una vida por descubrir,
una muerte para sufrir,
algo por aprender, superar,
estudiar, investigar,
no estoy sola.
Nada existe por sí mismo,
todo está unido, conectado.
Con nuestros actos
y pensamientos,
nuestro entorno influenciamos,
según lo que somos
lo modificamos,
lo empeoramos o lo mejoramos.