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EL SUEÑO

                                            

Hoy  por la mañana, me levanté para desayunar, es mi obligación, pues mi compañero hace el café calienta la leche va a coger pan fresco y pone todo en la mesa. Después me llama con mucho cuidado, para no despertar de golpe.

Cansada como estoy después del salir me acosté otra vez.

Con la persiana un poco levantada miraba las nubes cenizas claras y pensaba que mucha cosa era evitable si hubiera un poco de comprensión. Así me he quedado dormida., Y soñé.

Estuve con mi Marido, que murió hace casi cuatro años, dimos un abrazo fuertísimo, como nunca lo hicimos  mientras vivo. Hablamos y le dije que podíamos ir a almorzar a Espinho una ciudad costera,  pero al rato me acordé que era día de mercadillo y que estaría mucha gente y pocos sitios para aparcar el coche. Pero fuimos. En un restaurante sentado lado a lado y mi hija en frente, le conté mi vida y lo que me estaban haciendo.

Ella estaba y no estaba, la sentía y tanto la vía como no.

Entonces dije a mi Marido que teníamos que ir al banco, pues se estaba vivo, se tenía que cambiar todo. Dijo que si con la cabeza pero comentó que no valdría la pena pues era todo para mí.

Le comenté también el problema de un banco que no quiere dar el dinero investido y que me está perjudicando.

También le dije que no me dejaban quitar de mi casa lo que quiero, se puso a mi disposición para  a ir conmigo a coger lo que quisiera.  La hija estaba y no estaba, era sueño.

Le dije también que tenía que conocer mi amigo, el con los ojos mirándome dijo que sí. Con tanta paz que no sé cómo explicarlo.

Lo vi más gordo, en su cara no existía señal ninguna de su enfermedad, estaba con su traje oscuro. Es en general lo que me acuerdo quitando la sensación que su cuerpo era real y estaba caliente.

Fue todo tan real, la chica simpática del restaurante, la toalla de cuadros, yo conduciendo el coche, la carretera en obras, el comentario del policía de trafago diciendo que había pasado muy bien, por  la parte que no tenía metal de los raíles, quizá de un tren. Me hace confusión, como los sueños se hacen realidad en nuestro dormir. No conocía el restaurante ni tampoco la carretera en obras, quizá estaba tan feliz por tener mi defensor vivo que lo demás poca importancia tenia. No lo sé. No entiendo de cosas transcendentes,  .simples mortal con el alma al viento del día a día. Nada tengo escondido, de mi boca todo sale, nada tengo a ocultar. Será por ser así que tengo de estos sueños, pues ya no es la primera vez que sueño con mis queridos  familiares y amigos. Siempre lo mismo, recibo un abrazo y hablamos, los siento como si estuviera en un sitio de este mundo.

Desperté y una riada de lágrimas me mojaran la cara calientes, de cariño, de algo inexplicable, una paz una sensación de rejuvenecimiento me inundó. Tuve la certeza que estaba bien y en un sitio mejor que el mío.

Mientras tanto el móvil timbró y era mi  amigo, para despertarme Oh para como siempre preguntar cómo estaba. Lo hace todos los días, por la mañana y tarde.

Llorando le conté mi sueño, aun lo estaba saboreando. Me contestó que había sido bueno volver a ver mi Marido.

De todos lo que ya marcharan y que por una razón o otra me eran queridos, no descanso mientras no sueñe con ellos y sienta que están en el sitio mejor que hay. Junto a Dios.

No sé si estas cosas pasan con los demás, conmigo sí. He venido en unos minutos a escribir mi sueño, algo se me ha escapado, normal, pero el abrazo tan fuerte y verdadero que hemos dado, sintiéndolo como si vivo estuviera ya me ha dado felicidad para mucho tiempo.

En vida, ni siempre fuimos felices, maneras de ser distintas, pero hoy he quedado que me quieres bien y que a tu manera me proteges de la traición, mentira y desamor, que me lastiman por todos los lados.

En la gloria de Dios quiero que estés y que te agradezco tu visita, tu me conoces y sabes como soy. Un beso. Hasta un día.

Porto 16 de Octubre de 2013

Carminha Nieves