Descubro que lo que nace de una flor es eterno.
Lo que muere en mi,
ha sido duradero,
el viento perdura y en él mis palabras,
que viajan en el tiempo,
permanecerán en el latido de los corazones de quienes lo perciban.
Descubro, que el nacimiento de una sonrisa es eterno.
En cada mirada, habitan suspiros, y en ellos, esperanzas.
Las esperanzas son aromas que nos regala el alma…
entonces en cada ser, esta la eternidad.
Y la eternidad esta en cada flor.