La tormenta reflejada en su rostro
y en su mirada el huracán.
Sus manos no temblaban
cuando lanzó su alma al mar.
Las olas lo zarandearon
las rocas su piel lograron rasgar.
El fondo del océano lo acogió
en aquel insólito lugar.
La arena se fundía en su piel,
la cual lágrimas vinieron a tapar
los animales la ignoraban
y las algas sus brazos atrapar.
Nadie recogió su cuerpo
madie volvió su mirada a su pesar.
Nadie sabe por qué su mente
Ss consumió entre la sal.