mis propios demonios asesinados.
Conocemos las consecuencias del bien y el mal,
pero poco conocemos de sus causas más profundas.
Hay personas que aman a las multitudes que los aplauden, pero ignoran al individuo
Hay otras que odian a las multitudes pero aman al individuo; en lo personal prefiero a las segundas.
Inmadurez.-
Ignorar el afecto a mis defectos