Aún jugamos con inocencia
tan tierna y creo, algo tierno
siempre libres, sin prudencia
siempre niños, nunca viejos.
Seguimos siendo unos niños
tú soñadora, niña de veinte
yo soñador, siempre contigo
tú risueña, bella sonriente.
Y seguiremos siendo niños
y esa vejez seguirá exenta
mientras me des tu cariño
mañana niños de sesenta.