Cual ángel caído del cielo,
te mostraste ante mi camino.
Te presentaste en mi oscuro cielo
cual estrella fugaz.
Como una hoja en otoño,
te fuiste con el viento...
¡Ay! Tus ojos ya no me miran.
¡Tú! ya no me buscas,
mi cielo se torna gris
y mi corazón se vuelve tinieblas...
Con ese silencio amargo,
con esa mirada apagada,
con esa expresión en tu rostro
¡Fuiste tú! el que fusilo mi corazón;
maldito beso apasionado;
maldito sentimiento oculto.
¡Maldito, maldito amor!
Que con falacias,
tomas los corazones inocentes,
hiriendolos, hasta su temprana muerte.