Emanuel Acuña

Hoy quizá ella fue una rosa. A Ma...

Todo cambia, cual corrientes;
se desgastan los cielos opácos,
se deshacen de tanto los entes
al pensar en palabras fervientes;
y por ti, quedan siempre tan flacos.

 

Entre ellos y yo, no resisto,
nada cambia y tú no te apuras,
mientras más yo te adoro e insisto,
para ver si al menos registro
que malgastas con él tu hermosura.

 

Mis palabras no válen un céntimo
y es verdad que tú ya le adoras,
porque juras no es malo ni escéptico,
aunque sepas de todo lo pésimo;
y soy yo quien te cuenta las horas.

 

Niña bella, yo sufro, yo lloro;
corazón, ¿qué no ves mi desdicha?
deja ya de amarle lo imploro,
que apesar que es mi todo y le adoro,
ella vive muy bien sin mi dicha.

 

Hoy quizá ella fue una rosa
y tal vez se mantenga tan bella;
mas no siempre será tan hermosa
ni su amor vivirá tan dichosa
y él quizá ya no viva por ella.