Llegó la hora del asalto frenético.
La hora de que mis besos ardieran sobre tu Alma.
La hora del huracán que esperamos durmiendo
Cuando en la mente tenemos a la persona amada.
Pero No estás tú…tan solo tu distancia.
Mi cobija de miedo y mi tristeza inspirada
Tan solo me presento tenue…Casi imperceptible.
Y es que tengo presente tu recuerdo indolente
¡Ah ese insensible recuerdo!
Que no le duelen mis huesos, ni mi cuerpo o mis palabras.
¡Ah funesto recuerdo!
Que me observa como un muelle al horizonte
Y no corre por mi o por mi ocaso.
Tú recuerdo me vela sin temor o lastima.
Tu recuerdo me besa (es que deliro a tientas)
Tu recuerdo me come y me suda de pronto.
Por eso estoy aqui con un poema por urna.
Todos derechos reservados 2009. Jorge Molina