Se decidió, desde el momento de su llegada,
La trágica historia de un ser
Con una miserable vida entre pobres galardonada,
Por el aposento de su carecer.
Una mañana juró la victoria entre los bribones,
Aquellos que apostaron
Un sinfín de ideas y monedas como maricones,
Que jamás llegaron.
En la humilde morada de la perdición,
Plasmando la mayor tontería
Deseos de pureza dentro de la ambición,
Allá por el borde de la lejanía.
Se llevo los ideales y principios al carajo,
Olvidando todas esperanzas
De aquél amigo que nunca atrajo,
A las celdas de la añoranza
No volverá jamás a tener gloria,
No sentirá el coraje ni descaro
Se esfumo llevándose consigo la memoria,
De aquel que traiciono y en cara presumió.