Aarón Araiza

LA MUERTE DE UN ÁNGEL

Se decidió, desde el momento de su llegada,

La trágica historia de un ser

Con una miserable vida entre pobres galardonada,

Por el aposento de su carecer.

 

Una mañana juró la victoria entre los bribones,

Aquellos que apostaron

Un sinfín de ideas  y monedas  como maricones,

Que jamás llegaron.

 

En la humilde morada de la perdición,

Plasmando la mayor tontería

Deseos de pureza dentro de la ambición,

Allá por el borde de la lejanía.

 

Se llevo los ideales y principios al carajo,

Olvidando todas esperanzas

De aquél amigo que nunca atrajo,

A las celdas de la añoranza

 

No volverá jamás a tener gloria,

No sentirá el coraje ni descaro

Se esfumo llevándose consigo la memoria,

De aquel que traiciono y en cara presumió.