Que increíble sensación me lleva,
Hasta lo más profundo de mi alma,
A buscar a ese ser perdido,
Que había desechado toda esperanza.
Y renace rompiendo mi pecho,
Casi dejándolo sin aliento
Y su fuerza y energía son incontrolables,
A este cuerpo hambriento y sediento.
Como estabas dormida alma mía,
Encerrada en la rutina y el desamor,
Ya fue mucho el castigo,
Sal con tus ilusiones y clamor.
Ya es suficiente para ti y para mí,
Es hora que nos reconciliemos,
Para que nazca este nuevo ser,
Sin trancas y muchas alegrías, ese ser, mi nuevo yo.