Del innato insistir de mi constancia
esta urgencia trastorna mis sentidos
e ignorando imposibles aducidos
invade en este ser toda sustancia
No acusa a mí existir la inobservancia
ni son mis ideales abatidos
sí en mi alma se aglutinan compelidos
buscando trascender de circunstancia.
No se puede acallar a la consciencia
ni desnudar la mente de ideales
ya que es deber vivir en consecuencia
sin dar cabida a actitudes duales;
es preciso existir con transparencia
sin intrigas ni dobleces morales,
a tener que guardar una apariencia
y enmascarar los principios vitales.