Poemas machadianos,
aire fresco en la penumbra.
Mi estuche se fue llenando
de luz y letra menuda,
Poemas sencillos tiernos,
palabras nunca escuchadas,
¡oh! alimento vital
que fue llenando mi nada.
Cantares limpios, sutiles,
sueños primaverales,
melancólicos senderos,
emociones a raudales.
Ya la fuente no es solo fuente,
que es murmullo confidente,
ya, el prójimo no me es extraño,
ya, el silencio me da alas,
ya, es bien impagable, el amigo,
ya, la pena ajena, me embarga.
No es solo noche la noche,
que es una inmensa pizarra
para dar vida a mis sueños
y donde la ambición se para.
Empapado de tus versos
y enseñanzas proverbiales
sentí ser un hombre nuevo.
Maestro entre los maestros,
que es tu obra postrera,
recuperar a personas
para sensibles y buenas,
con la semilla preciosa
de tu obra imperecedera.