Cierro mis ojos tratando de olvidar
de imaginar otro mundo, otro cielo,
Cierro mis ojos tratando de volar
de no sentirme en el ojo de este huracán.
Esta calma aparente que se yergue despacio,
preveyendo con su brisa el movimiento,
de vientos que se llevan mi solaz,
tempestades que comprueban mis cimientos.
Cierro mis ojos para huir de mi piel
caminando de puntillas sobre los pensamientos
procurando que ninguno despierte al corazón,
y su fuerza contenida detrás de este velo.
Cierro los ojos y el mundo no desaparece,
no consigo ver ese otro cielo que anhelo.
Tal vez, porque me he prohibido volver a soñar,
porque he dejado las semillas volar al viento.
Porque temo que el precio de la esperanza sea mayor
al de la resignación en la que ya me encuentro.
Cierro mis ojos y veo a un guerrero
que quiere despertarse de su adormecimiento,
y entonces veo al cielo y pienso en seguir
con mis ojos, sin temor, ya bien abiertos.