HOMERIDA1962

La María

LA MARÍA

 

 

La María remoja sus castos pies

meciéndose en la profunda acequia

donde lava  calamidades

y blanquea sus ilusiones;

esperanzadores manojos aprieta

sin saber que se le escapan

de vez en cuando que les agarra;

al vaivén de sus rústicas caderas,

el fértil pecho responde,

sin saber que es para siempre

las angustias  sin  perdones;

una cascada de sufrimientos

resbala por la marchitada frente

recordando que es de estirpe

soledades y abandonos.

 

La María…

sube por el chaquiñán  ardiente,

culebrero como sus pasos,

infinito como sus penas…

una emoción suspira de cansancio:

¡Señor! ¡Señor! ¡Hasta cuándo!

¿hasta cuándo,

resecas el barro que en la campiña

se ha de  hacer polvo?