Tenías tanta tristeza,
lloraste tantas noches,
acariciaste tantos noches esas sábanas vacías;
abrazaste tantas veces esa almohada que huele a ella
para no extrañarla tanto.
Rogaste tantas veces que llegue bien a destino
pero que esa noche El no quiera tocarla,
que esa noche sus labios no quieran besarla;
Ella se estaba yendo de tus brazos y
estaba corriendo a los brazos de otro.
Ese otro, tu peor enemigo,
el que estaba a punto de destruir tu familia.
Tenías tanto dolor,
tus ojos estaban sin brillo,
creo que hasta no tenías ganas de vivir:
Así fue como Yo te conocí,
así fué como comenzó nuestra amistad,
hablando de nuestras penas,
de nuestros pesares.
Y así fué como entré a tu vida y ya no pude arrancarte,
me prendí de tu cuello, te abracé y sigo allí:
no puedo soltarte.
A veces me pregunto porqué apareci en tu vida y tú en la mía
y he encontrado una respuesta:
Porque alguien quiso darte este regalo que soy en tu vida,
alguien que te adora en forma incondicional,
que siempre quiere estar para ayudarte,
para poder frenar el tiempo cada vez que hablamos,
para besarte, para abrazarte, para recordarte
lo bien que le hace tu presencia a mi vida,
para que ilumines mi día con tu sonrisa o con tu mirada.
No soy nada más que eso en tu vida:
UN REGALO QUE AHORA TIENES,
alguien que escribe para Vos,
que sueña con Vos,
que cree en Vos y que siempre quiere estar con Vos,
de la forma que se pueda,
y siendo tu amiga es la única forma que tengo,
entonces agradezco, la tomo, por ahora sin otra opción.