Iluminò la fiesta tu falda de terciopelo,
me detuve en el cruce de tus piernas,
apenas pude dejar de mirarlas,
llegaban a mis ojos y disparaba anhelos
porque la noche celosa se empeño en ser eterna,
y què remolino llevè a todas mis ansias!
Imanes en mis dedos sentì al abrazarla,
me salpicò tu risa, y me llenè de magia,
Asì y entre supiros terminò el baile de fragancias,
asì, lleguè a tu boca, y enloquecì al besarla,
porque desenvainado fui y derretido araba,
por tus secretos sembrè casi toda mi alma!