La estrella que entonce quisimos tocar
se desvanece con el paso del tiempo
y se convierte en brillante polvo,
que ciego vuela por el cielo.
Se apoya en mi temblorosa mano
que la sostiene entre lagrimas del desierto
queriendolos minutos, las horas girar,
regresar a ese instante, el momento,
en el que te sostuve y te pude besar aunque
el polvo se perdió en la arena, es cierto.
Miro al horizonte, quieto, sin pestañear
y veo en la noche la luna que brilla,
la luz que yo todavía sostengo
se evapora y a su alrededor gira.
No me has olvidado, me dice,
mientras mi rostro sonriente iumina.
Siento que me elevo, la rodeo
me besa, me aparece una sonrisa.
De nuevo esto a tu lado.
Nnca dejé de estarlo, me explicas.